Una expedición a las catacumbas del rock alternativo de los 90.
Fernando Fernández
@mr_nandonadez
Foto de Charles Peterson.
A principios de los noventa fuimos testigos de la súbita aparición de un sinfín de bandas de rock con una estética similar y un sonido a veces también similar y otras no tanto. Este fenómeno pasó a la historia como el grunge. La incipiente globalización de los medios de comunicación y la industria musical contribuyeron a que el grunge se extendiera por todo el mundo con una rapidez, variedad de bandas y capacidad de penetración mucho mayor que otros movimientos musicales que se habían dado antes. De hecho la situación llegó a tal punto que si cuatro chavales en Seattle grababan una maqueta era realmente posible escucharla poco después en un pueblo perdido de la meseta castellana y todo esto antes de Internet (!!!). Fue bonito mientras duró. Muchas de esas bandas llegaban a nuestras radios y televisiones (en aquella época se podían ver actuaciones en directo y videoclips en la tele, qué tiempos!) con canciones buenísimas y de un modo u otro conseguíamos copiarnos en una cassette el disco de esos tíos que había puesto Paco Pérez Bryan un sábado por la tarde.
Con la perspectiva del tiempo –y poniéndome un poco ñoño, por qué no admitirlo- pienso en ello como la eclosión masiva de huevos de tortugas marinas que tras romper el cascarón inician una carrera desesperada por la playa tratando de alcanzar al mar antes de que los depredadores las atrapen, en una mezcla perfecta de belleza y tragedia. Solo unas pocas tortugas lo consiguen y solo unas pocas bandas lo consiguieron. Conocidísimos grupos como Nirvana, Pearl Jam, Soundgarden, Stone Temple Pilots, Alice In Chains, etc. y otros no tan populares como Mudhoney, Blind Melon, Screaming Trees o The Melvins son parte indispensable de la historia musical del fin del siglo XX y del principio del XXI. Pero a su lado también había bandas de las cuales tuvimos noticia en aquellos tiempos a través de singles, en ocasiones magníficos, que poblaban tanto las cadenas especializadas como las radiofórmulas pero cuyo paso por nuestra vida fue fugaz, ya fuera porque se disolvieron o porque su difusión global se limitó a aquel breve periodo de tiempo. Aquí queremos recordarlos y rendir nuestro pequeño homenaje a aquella época de descuidadas melenas, camisas de cuadros, vaqueros raídos y botas militares.
Empezamos con el que probablemente sea el caso de estrella fugaz grunge más paradigmático: hablamos de la gritona Linda Perry y sus 4 Non Blondes. “What’s up” fue un pelotazo que sonó a todas horas y en todos los sitios a mediados de los 90, pero el resto de las canciones de los dos álbumes del grupo no creo que las recuerde nadie a estas alturas. En 1995 la banda se disolvió y Linda Perry intentó hacer carrera en solitario, poco más tarde se pasó al otro lado del micro y se convirtió en productora musical. No obstante en las radios musicales más nostálgicas aún es frecuente escucharla cantando/berreando el “What’s up”.
Soul Asylum también tuvieron su gran momento de gloria en 1992 cuando editaron su álbum Grave Dancers Union, en él encontramos la canción “Runaway Train” que dio la vuelta al mundo, ganó un grammy y les valió para actuar en la inauguración del gobierno de Bill Clinton. Tres años después editaron otro disco de éxito Let Your Dim Light Shine, en el que el baterista era Sterling Campbell, ex de Duran Duran y ex también de Marta Sánchez (!!!). El single “Misery” también sonó bastante, pero nada comparable a aquel “Runaway Train” cuyo videoclip haría llorar al mismísimo Paco Lobatón.
También daba mucha penilla la historia de aquellos padres “malrolleros” que miraban con cara de mosqueo la función de fin de curso de su hijo en el vídeo de la onomatopéyica “Mmm Mmm Mmm Mmm”, hit universal de los canadienses Crash Test Dummies. La voz de barítono de Brad Roberts no fue suficiente para construir una carrera comercial sólida y a pesar de haber publicado nueve álbumes solo se les recuerda por aquel éxito, que incluso fue incluido en la banda sonora de “Dos tontos muy tontos”.
La preciosa “’74-‘75” de The Connells también seguía esa línea melancólica y aunque su sonido era algo más suave que el resto de grupos de esta hornada no queríamos dejarnos este tema que suponemos que se habrá convertido en un clásico de las reuniones de antiguos alumnos de todos los high schools estadounidenses.
El caso de Collective Soul es algo distinto porque sí han tenido una trayectoria continua, sólida y de bastante éxito en EE.UU. con nueve discos publicados, pero la realidad es que en el resto del mundo apenas si han tenido repercusión. Siempre nos quedará en todo caso este “Shine”, temazo que publicaron en 1993 y que es una de las canciones más reconocibles de aquella época.
Otros que estuvieron en ese tren fueron Live, que seguían el mismo patrón de canciones línea de bajo marcada en la estrofa, “puente” en el que iba subiendo la distorsión hasta un estribillo intenso y pegadizo, “Selling the drama” es un ejemplo perfecto. Además en Live contaban con un “arma secreta” para triunfar: su vocalista Ed Kowalczyk, que parecía un hijo secreto de Eddie Vedder y Michael Stipe.
Los orleannianos Better Than Ezra siguieron una trayectoria similar con unos discos de mediados de los 90 que sonaron mucho en todo el mundo y una producción posterior apenas conocida.
Candlebox también tuvieron su momento. Eran de Seattle y hacían rock, así que se puede decir que estaban en el momento adecuado en el lugar adecuado. Eso sí, por alguna razón que se me escapa ellos afirmaban que no se sentían identificados con la etiqueta del grunge, juzguen ustedes mismos…
De los neoyorquinos Lotion no creo que se pueda decir ni siquiera que tuvieran su momento, pero no me he podido resistir a incluirlo porque me acuerdo perfectamente cuando vi su videoclip “Head” (que aunque parezca increíble no está en Youtube) en “Leña al mono que es de goma”, un programa juvenil presentado por, entre otros, Melanie Olivares, Tony Aguilar y, ATENTOS, Paco Pil. Y eso es un ejemplo de aquella “burbuja” grunge de la que hablo porque al fin y al cabo fue una banda poco conocida en su momento (a pesar de llegar a telonear en Europa a grupos de renombre como Throwing Muses o Pavement) pero llegó a emitirse su videoclip un sábado por la mañana en España en un programa de Antena 3 (!!!). Y además la canción tiene su punto.
https://www.youtube.com/watch?v=m9qZH9aiyBU
Toad the Wet Sprocket o Hottie and the Blowfish no sonaban demasiado grunge, pero sí aprovecharon ese aluvión de bandas de rock norteamericanas para dar a conocer excelentes canciones como éstas. Ambas gozaron de popularidad internacional hasta finales de los noventa pero después tal como vino se esfumó.
Las bandas femeninas más representativas del grunge (al margen de las citadas 4 Non Blondes) son Veruca Salt y L7. Las primeras, a pesar estar formada por dos hombres y dos mujeres, contaban con Louise Post y Nina Gordon como voces cantantes y cabezas pensantes.
L7 si era una formación totalmente femenina en activo desde el 1985 hasta finales del siglo pasado, se caracterizaban por su potente sonido muy cercano al punk y su actitud contestataria sobre el escenario y en sus apariciones en televisión. Colaboraron y giraron con un gran número de pesos pesados del rock y el punk de la época y sus canciones se han incluido en un gran número de bandas sonoras. Para la historia quedarán su aparición en la película de culto “Serial Mom” de John Waters o el lanzamiento de tampón ejecutado por Donita Sparks furiosa con el público del festival de Reading en el 92.
Tracy Bonham irrumpió en 1996 con “Mother Mother” cosechando premios y alabanzas de la crítica, parecía que se iba a convertir en la Janis Joplin del grunge pero no fue más que un espejismo. Ha seguido publicando álbumes de manera intermitente hasta casi la actualidad, pero da la sensación que solamente los han escuchado sus familiares más próximos.
En la vertiente más suave de este rock alternativo de los noventa también encontramos algunos ilustres desaparecidos. Spin Doctors debutó con el fantástico Pocket full of kryptonite y “Two Princess” que todos los mayores de 30 años sabemos tararear. Después de ese fulgurante debut su popularidad fue descendiendo progresivamente hasta hoy.
Otro hit pegadizo del grunge pop –si es que género llegó a existir- fue “Save Tonight” de Eagle Eye Cherry, hijo de Don Cherry y hermanísimo de Neneh, del que no volvimos a tener noticias tras aquello.
Aunque el origen de este movimiento musical está en Estados Unidos a este lado del Atlántico también tuvimos representantes con trayectorias cortas pero intensas. Spacehog eran angloestadounidenses y saltaron a la fama con “In the meantime”, un pelotazo de clara influencia “bowieana” que no tuvo continuidad.
Sí eran 100% ingleses Bush que tuvieron una trayectoria algo más duradera, aunque a partir de su tercer álbum iniciaron la cuesta abajo hasta su disolución en 2002. En 2011 anunciaron su vuelta, pero no le importó a demasiada gente.
Otra one hit wonder llegada de las islas británica, concretamente desde Escocia, fue Stiltskin gracias a “Inside”, un single cuya popularidad se multiplicó al ser la banda sonora de un spot de Levi´s.
https://www.youtube.com/watch?v=TDkhl-CgETg
https://www.youtube.com/watch?v=pU6KhFWvKPM&list=RDpU6KhFWvKPM
Los alemanes Líquido hicieron a todos los adolescentes de la época mover la cabeza al ritmo del teclado de “Narcotic” que, por otro lado, evidenciaba que por muy serios que se pusieran venían del mismo lugar que Nena.
Y por supuesto que en España también tuvimos nuestros grunges perdidos. Sin duda los que más nos gustaban fueron El Fantástico Hombre Bala que en “Sin Filosofía” demostraban que el grunge más metalero y la rima consonante podían caminar de la mano.
Finalizamos este viaje a lo más profundo de los años noventa con los miembros más gamberros de esta tribu, algo raro ya que los grunges tendían a ser bastante intensos y dramáticos. Terrorvision dieron la vuelta al mundo con la divertida y bailonga “Oblivion”, primer single de How to make friends and influence people, y aún hoy si la escuchas, aunque sea un solamente un instante, se clava en el cerebro durante horas sin que puedas hacer nada para dejar de tararearla.
En Estados Unidos la cuota del sentido del humor se la quedaron los californianos Ugly Kid Joe, que probablemente sonaban más metaleros que grunges, pero estaban en el lugar oportuno en el momento adecuado para que les metiéramos en este saco, y además tenían la misma pinta.
A pesar de que hemos recordado a bastantes aún quedan otros muchos flotando en limbo de los one hit wonders con sus camisas de franela esperando a que alguien se acuerde repentinamente de ese single con la que tocaron la gloria por un instante, ahora os toca a vosotros buscarlos.
Por último, no puedo cerrar este artículo sin agradecer la colaboración de Álex García, cuya memoria me recordó, como si de una cinta de cromo de 90’ se tratase, algunas canciones que llevaba más de veinte años sin escuchar.
Gran artículo Fernando! Hasta para los que tenemos muy presente todos aquellos grupos y temas es un placer leer artículos como éste, que nos transportan en cuestión de minutos a una época que desgraciadamente, en lo musical, no volverá.
Joder, me invade la melancolía después de esta lectura. Q tiempos!!!!!!!