@mr_nandonandez
La imagen mental que nos asalta inmediatamente cuando pensamos en el afrobeat es la de un grupo de músicos negros tocando, bailando y sudando la gota gorda en una especie de trance colectivo en el que se sumían público y artistas. Esta imagen, lejos de ser un tópico, sería un resumen de la esencia de este género musical creado y popularizado por el nigeriano Fela Kuti en las décadas de los sesenta y setenta. Hasta aquí nada nuevo, pero en este artículo no pretendo indagar en los orígenes del afrobeat sino en el rastro que ha dejado en multitud de grupos de diverso estilo y procedencia.
Sí cabe mencionar brevemente que de algún modo el viaje del afrobeat a Europa y América no es sino un viaje de vuelta, ya que el género tiene su origen en la fusión de la música tradicional nigeriana, el highlife del oeste africano y los movimientos musicales y de activismo político con los que tiene contacto Fela Kuti en sus estancias en Inglaterra y EE.UU en los sesenta. Por lo tanto, aunque el género nace en África, el jazz y el funk también forman parte fundamental de su ADN.
No obstante no deja de ser llamativo, y eso dice mucho acerca de la grandeza del afrobeat, que un sonido cuyo origen está tan ligado a un contexto geográfico y social tan concreto, haya traspasado las fronteras del espacio, el tiempo y el color de la piel para dejar su impronta en una gran cantidad de grupos no africanos cuyos miembros son en su mayoría de raza blanca.
Talking Heads fue uno de los primeros grupos en introducir elementos propios del afrobeat en sus obras, combinando las polirritmias y las melodías repetitivas de la guitarra con su propio sonido post-punk. Esta influencia la encontramos por primera vez de manera evidente en Remain in Light, el cuarto álbum de la banda liderada por David Byrne y que contó con la producción de Brian Eno.
El tándem formado por Byrne y Eno profundizó en esa idea, incluso yendo más allá, añadiendo sonidos electrónicos y samplers en el extraordinario My Life in the Bush of Ghost, un disco en el que las influencias periféricas son variadísimas y en el que también el afrobeat está muy presente, por ejemplo en «The Jezebel Spirit».
Menos conocido para el público puede ser el nombre de Tuatara, pero no lo es el de sus componentes que provienen de bandas como R.E.M., Screaming Trees, Minus 5 o Pearl Jam. Este “supergrupo” instrumental cuenta con una larga e intermitente carrera con álbumes que exploran diferentes sonidos de todo el mundo. En varios de sus LP’s el afrobeat está presenta de manera explícita, de hecho en Trading with the enemy encontramos un tema llamado directamente «Fela the Conqueror».
Otro ilustre veterano que se ha aventurado en este camino de manera más o menos puntual es Dr. John. En varios de los temas de Locked Down, producido por Dan Auerbach de The Black Keys, el de Nueva Orleans es capaz de mezclar perfectamente la esencia de su sonido con arreglos instrumentales con un inequívoco toque africano.
La aproximación al afrobeat de Mop Mop es en clave más jazzística. El baterista italiano Andrea Benini es el líder de este colectivo multiétnico afincado en Berlín cuyas grabaciones van desde el freejazz a los sonidos tribales.
Antibalas es quizá la banda no africana más conocida del afrobeat del siglo XXI. Este grupo de Brooklyn es en buena medida responsable del repunte de popularidad que tuvo el género en los primeros años del nuevo siglo.
Sus compañeros de sello en Daptone Records, The Budos Band, son otro de los referentes en esta revisión contemporánea, aunque su sonido es más oscuro y con referencias explícitas al hard rock.
También en EE.UU., pero en el estado de Texas encontramos otro grupo cuyos temas son totalmente fieles al legado de Fela Kuti, son los Hard Proof Afrobeat.
Los dos últimos ejemplos de bandas norteamericanas con influencias del afrobeat son casos curiosos por razones muy distintas. En primer lugar tenemos a los neoyorkinos Vampire Weekend, una banda indie de gran éxito que incluye referencias africanas en canciones de corte claramente pop. Por otra parte tenemos a los Dengue Fever, entre la variada y exótica mezcla de sonidos de estos californiano-camboyanos podemos encontrar algunas huellas innegablemente afrobeat.
El vocalista Kushal Gaya está presente en dos interesantísimos proyectos que se desarrollan en el Reino Unido: Zun Zun Egui (que anunciaron su disolución poco antes del verano) y Melt Yourself Down, que además del mencionado cantante tienen en común la fusión de los sonidos africanos con el rock experimental y la electrónica.
Una mención aparte merece el polivalente finlandés Jimi Tenor, con un currículum como saxofonista, cantante, productor, fotógrafo, cineasta, diseñador… En su faceta como músico ha experimentado con todo tipo de sonidos y estilos, siempre fuera de lo convencional. Entre sus proyectos destacan sus sobresalientes discos de afrobeat con la banda Kabu Kabu y con Tony Allen (dentro de la colección “Inspiration Information”).
También en España tenemos bandas que siguen este camino. Dos de las que se acercan al género desde estilos diferentes serían los intensísimos Ginferno y los Saxos del Averno y por otro lado, Alma Afrobeat Ensemble, intérpretes de la sintonía de cabecera de la serie “Museo Coconut”.
Sintonía Museo Coconut from Enrique Borrajeros on Vimeo.
Dejamos para el final algo muy especial, se trata del legendario Marvin Pontiac, nacido en Detroit hijo de judía neoyorquina y musulmán malí, siendo un niño se trasladó a Bamako junto a su padre y no volvió a EE.UU. hasta los 15 años. Una vez en Chicago se convirtió en músico de blues, pero también fue fontanero e incluso atracador de bancos. Tras años de tribulaciones y rumores sin confirmar cuentan que fue internado en una institución mental y murió en 1977 atropellado por un autobús.
http://www.strangeandbeautiful.com/marvin/
El caso es que esta historia que puede parecer increíble realmente es fruto de la imaginación de John Lurie, polifacético artista norteamericano, que creó este personaje para grabar en 1999 un supuesto álbum recopilatorio, The Legendary Marvin Pontiac: Greatest Hits, en el que participan, además de Lurie, Marc Ribot, John Medeski, Jamie Scott entre otros. El resultado es un disco alucinante lleno de matices en el que el que conviven el blues, el acid-jazz, el rock’n’roll y, cómo no, la música de raíz africana. Uno de los mejores ejemplos es este Wanna Wanna.
Obviamente faltan en este artículo muchos otros representantes de esa “pálida” estela que ha dejado la herencia de Fela Kuti por todo el mundo. Además este repaso no deja de ser una lista producto de gustos personales y por lo tanto ofrece una visión parcial y subjetiva.
No obstante sí terminaré recomendando a todos aquellos que no conozcan la explosión musical que tuvo lugar en áfrica en el segundo tercio del siglo XX, que acudan en primer lugar a los orígenes: el propio Fela (y sus hijos Seun y Femi Kuti), Ebo Taylor, Orlando Julius, Tony Allen, Mulatu Astakte, Manu Dibango, El Rego… y una larguísima lista de fantásticos músicos de distinta procedencia que a pesar de ser relativamente poco conocidos fuera de África fueron tremendamente populares en sus países de origen.