Jose Luis Santiago.
Tuve dos flautas. La primera era la clásica escolar de plástico color crema, heredada de mis hermanas. Imagino que la misma que tuvisteis muchos de vosotros y que aún andará metida en algún armario de la casa de de vuestros padres o quizá de la vuestra. La segunda ya me la compraron a mi. Era de aquellas que tenían la boquilla de plástico (color crema, claro) pero el cuerpo ya era de madera. No es que sonase mejor, o al menos yo no lo recuerdo así (al fin y al cabo el intérprete era el mismo), pero molaba más. Ambas flautas venían acompañadas de la famosa escobilla que de vez en cuando metíamos por el orificio inferior para limpiar nuestras babas y otro tipo de impurezas. Lo hacíamos como si aquello fuese el elemento definitivo que haría sonar bien el instrumento, pero no era así.
No sé qué recuerdos tenéis de aquellas clases con 20 o 30 alumnos intentando tocar algo a la vez cada uno con su flauta. Yo desde luego no lo almaceno en mi lista de cosas agradables: pitidos desafinados, soplidos chirriantes, interpretaciones a destiempo y desfasadas y un fondo sonoro en general de lo más desagradable. Los ensayos individuales en casa tampoco es que fueran un prodigio. Incluso tus hermanas te podían pegar un grito desde su habitación porque estaban estudiando y las molestabas. Además con aquel instrumento era imposible tocar las músicas que te molaban. O al menos eso es lo que creíamos entonces.
No se si hoy en día la flauta sigue siendo el instrumento musical mayoritario en los colegios (espero que no), pero desde luego yo no le cogí cariño.
Ya sabéis que en esta serie de artículos de “Hendrix quemó su guitarra” nos proponemos hacer una repaso a la presencia de instrumentos poco habituales dentro del pop-rock y otros estilos de la música popular contemporánea. En el de hoy nos hemos propuesto que si alguno aún no habéis superado el trauma de la flauta y el colegio, al menos al final de texto y las canciones le hayáis cogido un poco del aprecio que entonces le perdisteis
Pocos instrumentos tienen un referente tan claro e indiscutible dentro del rock. Claro, el señor Ian Anderson y sus Jethro Tull. Acojonante el momento flauta en esta interpretación en directo de «My god». De hecho, después de un despliegue interpretativo como ese probablemente deberíamos acabar ya el artículo y punto. No veremos nada mejor.
Dos cosas sobre el sonido de la flauta que deja claro este vídeo del señor Ian y que hemos ido descubriendo los últimos años: que el sonido de la flauta puede dejar oír a la vez el sonido de la voz del que la toca y que tiene unas importantes capacidades percusivas, aunque todos lo hayamos visto siempre como un instrumento melódico. La tercera cosa que deja clara es que el instrumento tiene su origen sobre todo en el el folclore, en este caso el de origen celta. Si algo definió a los Jethro Tull fue precisamente la fusión de rock y el folk ingles. Por esa vía llegan también las que probablemente sean las flautas más famosas de la historia del rock, las del comienzo del «Starway to Heaven», que por cierto suenan más parecidas a las que tocábamos en el colegio y menos a la de Ian Anderson.
Aunque si de verdad queréis ver una flauta como las del colegio, la que más se parece es la que toca Brian Jones en este «Ruby Tuesday» de The Rolling Stones. Una vez más aparece por aquí Brian, empeñado en meter instrumentos poco habituales a las canciones de los Rolling. Aunque sinceramente no creemos que esta sea su aportación más certera.
Dejamos a estos mastodónticos del rock y después volveremos al género. Vamos a darnos la vuelta por otros estilos y lugares un rato. La flauta seguramente sea uno de los instrumentos más antiguos por su sencillez. Hay flautas en todo el mundo, desde muy antiguo y de todo tipo y variantes. Este carácter ancestral y primitivo del instrumento, asociado por ello principalmente a las músicas folclóricas, puede chocar con una música urbana y actual como el rap, pero aquí aparecen los Beasty Boys para llevarnos la contraria con el sampleado de este «Shure Shot».
Rompiendo esquemas también dentro del rap y mirando a las músicas negras, Kendrik Lamar también decidió meter unas flautillas en esta gozada de tema de su Untitled, muy en la línea de la utilización del instrumento en el soul en búsqueda de cierto sonido aterciopelado y meloso pero si caer en el empalagamiento.
En esa línea, la de buscar un sonido dulce y aterciopelado, la flauta ha aparecido de forma relativamente frecuente en el soul, lo que pasa que nosotros esta vez, en vez de irnos a buscarla a décadas atrás, nos hemos fijado en una de esas figuras de nuevo soul de corte clásico que es el británico Michael Kiwanuka.
El mundo del rock de de la época mas hippy, por eso de su conexión con el folclore, con la naturaleza y por su aire un tanto “bucólico y pastoril”, también ha recurrido en varias ocasiones al uso de la flauta en sus canciones. Dos clasicazos en ese sentido que os dejamos a continuación son el “Going up the Country” de Canned Heat y el famoso solo en el “California Dreamin” de The Mamas And The Papas. Por cierto, que no sabemos si tenían algún problema con el flautista, cuya cara aparece oscura, o es que simplemente querían acaparar ellos todo el protagonismo
Como hemos dicho antes, la flauta es, por su sencillez, uno de los instrumentos más extendidos por el mundo. Así que vamos a darnos una vuelta por ahí y comenzamos en Brasil. La música brasileña es una de las que mejor capacidad tiene para combinar ritmos y melodías y ya hemos dicho que la flauta tiene ambas capacidades. Uno de los más grandes músicos del país, el ex-ministro de cultura Gilberto Gil, en su LP en concierto acústico le dio bastante protagonismo al instrumento.
Cogemos un vuelo y nos vamos hasta la zona norte y helada de Suecia. Allí nos encontramos con uno de nuestros grupos favoritos, Goat, que se mueven entre lo tribal, lo psicodélico y lo folclórico y era normal que en algún momento se encontrasen con el instrumento. Para ser sinceros, las flautas de este “Unión of mind and soul” me recuerdan mucho a las que sonaban en mis clases de E.G.B., y a la vez tienen cierto aire andino.
Acabamos viaje, que no artículo, en nuestro país. Es muy probable que el flautista (además de saxofonista) más importante de estas tierras sea el gran Jorge Pardo. Probablemente incluso se le deba a él y a Paco de Lucía la introducción del instrumento en una música que le era completamente ajena y poco dada a las intromisiones como es el flamenco. Además con la capacidad casi de hacer el papel de la voz, como sucede en este concierto con Josemi Carmona a la guitarra. Y curiosamente con una manera de tocar muy próxima a la de Ian Anderson, aprovechando las capacidades percusivas del instrumento.
Nos quedamos en Andalucía con una de mis bandas favoritas, los inigualables Tabletom. En su formación y sus canciones siempre estuvo muy presente la flauta tocada por Pepillo Ramírez (también tocaba el saxo como Jorge Pardo), que le daba un toque diferencial al sonido del grupo a la vez que su ejercía un estupendo contraste con la aspereza y la sequedad de la voz de Rockberto. Podíamos haber escogido algún tema más rockero de su repertorio, pero es que este “Algo así como un tango” me ha resultado siempre tan irresistible que no lo puedo evitar.
Una de las múltiples referencias del sonido de Tabletom es el rock progresivo y una de las muchas cosas que tenemos que agradecer a los grupos del género es haber sido inconformistas y haber experimentado musicalmente y a nivel sonoro con la introducción de muchos instrumentos que aparecían poco o nada en el rock convencional. Es raro que en esta serie de artículos de “Hendrix quemó su guitarra” no acabemos poniendo algún grupo del género. Y en este caso van a ser los King Krimson. Además con flauta por partida doble.
Nos esta quedando un poco antigua la cosa, así que vamos a darnos una vuelta por algunas propuestas un poquito más cercanas en el tiempo y empezamos volviendo al origen de nuestro artículo y viendo cómo la flauta puede encontrar su huequito incluso en el rock más guitarrero, aunque sea para evitarnos otro solo de guitarra y sustituirlo por el de flauta hacia mitad y final de la canción de Wolfmother. O bien con una presencia solo inicial en y final en el “Same old thing” de los Black Keys.
¿Queréis algo todavía más contemporáneo? Pues vámonos con la musa de los modernos, “la Björk”, en una bacanal flautística única en este artículo. Siete u ocho creo que aparecen en esta actuación aunque con tanta maleza y hojarasca en primer término, cuesta ver claramente el número de flautistas que acompañan a la islandesa.
Vamos a ponernos negroides de nuevo para terminar nuestro artículo. Ya os hemos dicho que la flauta ha sido bastante utilizada en el soul y el funk o incluso en terrenos más jazzys como es el caso de este clasicazo de Van Morrison. Gozad un rato y ahora seguimos.
Pasamos al funk para terminar. Ya hemos dicho que la flauta tiene una capacidad rítmica y juguetona que seguramente no es lo que primero nos viene a la cabeza del instrumento, pero que en los dos temas siguientes es precisamente con lo que se juega. En el primer caso con los War acompañando al señor Eric Burdon (o al revés) en estas siempre interesantes grabaciones en directo del programa alemán Beat-Club. El segundo es un clasicazo del funk y el sponken word (y un antecedente de rap) y la flauta es protagonista de la canción junto con la voz de gran Gil Scott Heron.
Mentíamos, no terminamos. Algunos diréis que cómo no hemos metido algo de la flauta en la música celta o irlandesa. Pues porque la presencia del instrumento en ella es algo que casi se da por hecho. Pero para que no os quedéis con las ganas y porque a nosotros también nos apetece escucharlo, os vamos a dejar con unos indiscutibles referentes, los Chieftains. Fiesta celta para terminar, esta vez sí.
Erudita lista y explicando que a veces es todo un grupo estilistico:Soul,Folk ingles…
Yo te añadiria Focus,The Corrs
Muchas gracias.