1.- Tu nombre artístico parecerá el de una empresa de telefonía móvil low cost.
2.- Tus letras no tendrán nada que envidiar en cuanto a profundidad, temática y explicitud al guión de “El fontanero, su mujer y otras cosas de meter”.
3.- No pararás de tatuarte hasta que tu piel parezca un libro de “Conocimiento del Medio”.
4.- Utilizarás las palabras «papi» y «mami» en tus canciones con la misma frecuencia que un niño de 3 años.
5.- Usarás el autotune hasta para llamar al Telepizza. ¿Por qué aprender a cantar si puedes hacerlo como si fueras C-3PO?
6.- Dios bendiga los featuring. Si el tema es una puta mierda, siempre puedes echarle la culpa al otro. Otra opción es colaborar con músicos «de prestigio»: tu consigues legitimación artística y ellos una pátina de «modernidad» y que les escuche algún menor de 20 años.
7.- Te pondrás chándal con mocasines y serás moderno, aunque parezcas un jubilado que va a comprar churros el domingo por la mañana.
8.- Debe parecer que te has criado en un barrio conflictivo aunque hayas pasado tu adolescencia yendo a un colegio concertado de Majadahonda.
9.- Prescinde de músicos para componer y grabar tus temas. Son caros, molestos y lo que sea que vayan a tocar, se puede hacer con un ordenador. Además seguramente desprecien lo que haces.
10.- Para el «directo» gástate mejor la pasta en contratar a gente que baile a tu lado semidesnuda y desvíe la atención público de la parte musical.