1.- NUEVO=BUENO. Cuanto más de lo primero, más de lo segundo. No importa si es algo que ya existía mientras se disfrace con «nuevos ropajes» que le den una apariencia externa lo suficientemente diferente. Que nadie pueda pensar que tus gustos están anclados en el pasado.
2.- Estarás al acecho de las últimas tendencias por muy chorras que parezcan. La calidad o el interés musical es intrascendente, lo importante es compartirla en tus redes sociales antes que los demás y venderla como lo más cool del momento.
3.- Cualquier música con más de 10 años es prehistoria rancia y mohosa que solo puede interesar a gente cuyo criterio ha caducado. Excepto que se trate de un género o grupo recuperado por algún gurú de la modernidad que ha decidido reflotarlo como el último hype.
4.- Mantén ignoto para ti el pasado de la música. No sea que vayas a descubrir que lo que tú pensabas que era el culmen de lo moderno y de lo nuevo ya lo hacían otros décadas antes. Lo que tú no conoces no ha existido nunca.
5.- No necesariamente tienes que escuchar muchas veces las canciones y discos de los músicos que dices que te gustan, no sea que acabes descubriendo que no son para tanto. Basta con que te vuelques al100% en las publicaciones en redes sociales y los demás perciban que estás a tope con ellos.
6.- No dudes en cambiar tu outfit si es necesario para demostrar tu compromiso total con esa nueva tendencia musical. Chándal con mocasines, colgantes de rapero del Bronx o de patriarca gitano, chaqueta con bermudas… Lo que sea para que todo el mundo vea que tu nueva filia musical no es solo una cuestión ética sino también estética.
7.- Hoy es una cosa, pero mañana puede ser justo la contraria. Asume este axioma sin rubor, estar a tope con los hypes y las tendencias del momento te puede llevar en solo cuestión de semanas a detestar lo que antes adorabas y viceversa. Preocuparse por las incongruencias en el historial de twitter es de putos losers.
8.- Comprar, consumir y tirar. Practica el axioma básico del capitalismo. No escuches más de 10 veces o un par de semanas el mismo disco. La música también tiene obsolescencia programada.
9.- Adquiere el último modelo de cascos que salga al mercado. Si además resultan llamativos y estrafalarios mejor. Argumenta tu gasto en la calidad de sonido de los mismos, aunque luego los vayas a usar para escuchar una maqueta que un chaval grabó con el portátil de su madre en el cuarto de baño.
10.- Desprecia cualquier opinión negativa sobre los músicos con los que estés volcado. El argumento es sencillo y vale para todo «viven en el pasado y no entienden lo que los músicos actuales quieren expresar».