Empezamos Tonovisión, una nueva sección en Tonosone, tan sencilla como esperemos que gustosa.
Solemos echar mucho tiempo por Youtube a la búsqueda de materiales con los que damos forma a algunos de los contenidos de Tonosone o bien simplemente por placer o curiosidad. En los contenidos musicales hay de todo: morralla a raudales, cosas buenas, cosas mejores, todos los videoclips que se hacen o se hicieron, actuaciones en directo, fantásticas grabaciones de archivo y hoy en día acceso casi a cualquier canción que uno busque. Hay tanto material a disposición, que a veces se convierte en un aluvión y en muchos casos no solo no se acaban viendo los vídeos enteros, si no que a veces no se pasa de algunos segundos o una vista saltarina a lo largo del minutaje de los mismos. Todos lo hacemos.
Entre toda esa inmensa cantidad de material musical hay sin embargo cosas que merecen pararse a disfrutarlas (al menos eso nos parece a nosotros): “joyas” del pasado, cosas especialmente sorprendentes, “piezas arqueológicas” musicales, flipadas supremas, locuras, actuaciones de esas que te rompen, etc., etc. Grabaciones musicales que tienen algo más que ser simplemente buenas, o muy buenas. Nos proponemos sacarlas de ese maremagnum “youtubiano”, darles un espacio de protagonismo merecido y de paso hacer que podáis disfrutarlas si no os habían llegado antes.
Empezamos con Nina Simone. Nina está de moda desde hace ya bastante tiempo. Ahora es la cantante de culto que no fue en el final de su vida, viviendo en unas condiciones sorprendentemente precarias y en un anonimato casi absoluto, hasta que una canción suya en un anuncio de Channel volvió a ponerla bajo los focos.
Nos sorprende muchísimo que este vídeo con el que os dejamos hoy solo tenga 13.000 visualizaciones porque para nosotros se trata sin duda de la mejor pieza sonora y audiovisual que hay de Nina Simone en toda la red. Un concierto el 25 de diciembre de 1965 en una teatro a las afueras de Amsterdam, con una calidad de imagen y sonido fantásticas para ser una grabación rescatada de no sabemos donde. Si alguien quiere entender el poder embaucador que tenía Nina Simone en directo no va a encontrar a su alcance un vídeo mejor que este: desde la sencilla y profundidad intensidad en Brown Baby, el groove y capacidad juguetona en Four Women, esa especie de trance en el que se la ve al final de The Ballad of Hollis Brown, la complicidad y el jugueteo con su propios músicos o directamente el cachondeo y la interacción con un público entregado en Go Limp. Era capaz de llevar a la audiencia de un lado a otro con un facilidad pasmosa y manejar la atmósfera emocional de la actuación a su antojo. La sacerdotisa del soul, le decían.
Pero en vez de contaros más cosas, que es precisamente lo que queremos evitar con esta nueva sección, es más fácil si os decimos que estos 39’33” son una jodida maravilla. Solo se necesitan unos cascos y os prometemos que cierta parte de la atmósfera de la actuación acabará traspasando vuestra pantalla.