- Primero. AMARÁS A LA SANTÍSIMA TRINIDAD DEL GÉNERO SOBRE TODAS LAS COSAS: BOB MARLEY, MANU CHAO Y KIKO VENENO.
No importa que nunca te acerques a la décima parte de su talento, ellos son tus chamanes y guías espirituales. Si además consigues que participen en alguno de tus temas puedes considerarlo un logro vital (tendrá que ser Manu Chao, porque Kiko no se prodiga en estos menesteres y en el caso de Marley quizá necesitases la colaboración de Iker Jiménez).
- Segundo. TE EXPRESARÁS EN OTRAS LENGUAS COMO EN LA TUYA PROPIA (QUE LO HAGAS CORRECTAMENTE ES LO DE MENOS).
Hay que demostrar que eres un ciudadano del mundo, que te sientes hermano de otros pueblos y que copi…, perdón, te inspiras en sus músicas. Para ello ayuda meter partes o frases en tus canciones en otros idiomas. No te preocupes por la pronunciación, nadie te lo tendrá en cuenta y lo que se valora además es el espíritu integrador.
- Tercero. PASARÁS EL PETA DESPUÉS DE LA TERCERA CALADA.
Podría decirse que todos los estilos de música tienen su droga fetiche: el rock la cocaína, en el techno mandan las pastis, el heavy las bebidas alcohólicas de alta graduación, el hip hop tiene el crack, el punk y la rumba tienen en común la heroína (y todo lo que se les ponga delante), el indie el MDMA, etc. Pues la del “buenrollito” es el cannabis, copiada sin complejos del reggae, como tantas otras cosas.
Así que no pierdas la ocasión de meter referencias al “fumeteo” en tus canciones o incluso dedicar una canción completa al asunto. Puedes hacerlo de manera más eufemística o recurrir a tópicos como “Mary Jane” o similares. Por supuesto no pueden faltar en tu outfit banderas de Jamaica, rastas, colgantes artesanos con la hoja de marihuana adquiridos en un mercadillo y camisetas con el careto de Bob Marley. Será un momento muy celebrado en tus conciertos y aumentará la cantidad de THC presente en el ambiente, generando un estado en tu público que enmascarará los defectos de la interpretación del grupo. Si quieres ya rematar el asunto, que la canción sea un reggae garrapatero (no te preocupes porque sea el colmo de la obviedad, a nadie le importa).
- Cuarto. CANTARÁS CON ACENTO GADITANO, AUNQUE SEAS DE VILANOVA I LA GELTRÚ, DE MADRID, DE VALENCIA, O TENGAS OCHO APELLIDOS VASCOS.
Es imprescindible sonar con ese tonillo andaluz costero a medio camino entre el hippy take it easy y el cani que trapichea con hachís para triunfar en los atardeceres fumetas de Caños de Meca.
- Quinto. COLARÁS UN TOQUE DE MÚSICA DE RAÍZ EN TUS CANCIONES.
Recurre de vez en cuando a géneros tradicionales (boleros, rancheras, milongas, guarachas, sones, guajiras, etc), eso demostrará que estás muy sensibilizado con la tradición cultural de los distintos países y, aún más importante, en contacto pleno con la pachamama. Además te dará estatus y caché como intérprete y puede justificar tu presencia en el Womad. Si tienes suerte incluso puede que un día pongan algún tema de los tuyos en Discópolis, siempre que sea lo suficientemente largo para rellenar un buen trozo de programa. Pero no te preocupes, no es necesario conocer en profundidad el género musical ni sus exponentes más representativos, tus oyentes tampoco los han oído nunca. Además, siempre puedes decir que le has dado “tu rollo” porque no entiendes de ataduras creativas. Por supuesto también vale el recurso de añadir algún toque electrónico y decir que estás actualizando el sonido del género.
- Sexto. HONRARÁS TANTO LAS RAVES COMO LAS VERBENAS.
Si no se te ocurre nada, un ritmo de ska siempre funciona, no te complica la vida a nivel compositivo y si lo aceleras mucho puedes crear un efecto “mini-rave” o charanguero en tus conciertos que gusta mucho tanto a tus seguidores como a los advenedizos de vaquero pitillo y gin tonic en copa de balón a los que han llevado al concierto sus amigos “jipis”, porque por un momento pueden olvidar que están rodeados de perroflautas y retrotaerse a la verbena de la virgen de agosto en la plaza mayor de su pueblo.
Este efecto ha alcanzado su máxima expresión recientemente ya que la música garrapatera ha traspasado su última frontera con la canción “La Venda” (una compuesta por Adriá Salas de La Pegatina), candidata española en el festival de Eurovisión, cuyo futuro aventuró en Twitter el genial Ángel Sanchidrián: “En Eurovisión no sé, pero en las fiestas patronales de Cabezón de Pisuerga esto lo va a petar”.
- Séptimo. ¡ARRIBA LAS MANOS!.
La apelación al alzamiento de las extremidades superiores de tus oyentes es algo que siempre funciona, ya sea en un evento deportivo, una concentración de “nostálgicos” en el Valle de los Caídos o un concierto de Macaco. Genera un genuino sentimiento de pertenencia a la tribu pero siempre existe el riesgo de que el ambiente se torne literalmente irrespirable porque la cantidad -o eficacia- del desodorante ecológico previamente aplicado no sea la correcta, cosa que en según qué circunstancias o audiencia es bastante probable.
- Octavo. AMARÁS A LOS DESFAVORECIDOS Y A LOS OPRIMIDOS (DA LO MISMO QUE LO SEAN O NO) COMO A TI MISMO.
Cualquier causa social es buena para hacer un poquito de reivindicación por muy facilona que sea. Da igual que pidas la paz en el mundo, la legalización de la marihuana o arreglar el pipican del parque de tu barrio, cualquier causa es buena para hacer una buena manifa de pancarta y batucada. Para estos temas no es necesario que te curres mucho la letra, cuanto mas sencillita mejor la entenderá tu público, no sea que te líes a hacer metáforas y otras figuras literarias y al final a la gente se le escape el mensaje. Cortita y al pie.
- Noveno. DEMOSTRARÁS A TODOS QUE LA VIDA PUEDE SER MARAVILLOSA.
Puedes buscar inspiración para tus letras en las tazas de Mr. Wonderful, los libros de Paulo Coelho o los Powerpoint con imágenes de bellos paisajes y frases de filosofía de Hacendado. Si te lo curras bien tus temas serán el relajante hilo musical de las franquicias del spa&massage o de los reservados con cama balinesa de los chiringuitos con ínfulas de la costa mediterránea, si no te lo crees mira lo bien que le ha ido a Lamaridechambao.
- Décimo. COMPARTIRÁS TU ÉXITO AL SON DE SHAGGY.
Es conveniente reservar un momento de tu show para invitar a un featuring a algún amigo de otro grupo, seguramente ellos te lo devolverán en otro momento. Hay que darse trabajo entre los colegas.
Un buen momento para hacerlo será en el obligado, sea cual sea el estilo de la canción, interludio en plan raggamuffin que siempre queda bien hacia la mitad de la misma. En ese momento álgido la audiencia en pleno alzará y bajará los brazos como si estuviesen abanicando la lumbre al más puro estilo del Bronx.
Fernando Fernández y Jose Luis Santiago.
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